Estrés y ansiedad en la población escolar durante el Estado de Alarma

Para padres y profesores

Como cabe esperar, una situación como la que estamos viviendo desde inicios de marzo, puede generar en la población escolar claros síntomas de estrés y ansiedad debido al aislamiento. Por ello, es importante que aprendamos a diferenciar los síntomas que se pueden manifestar según los tramos de edad en los que se encuentren nuestros hijos y alumnos.

Niños de hasta 6 años:

  • Regresión a comportamientos que considerábamos eliminados como chuparse el dedo, enroscar el pelo en el dedo…
  • Modificación de conducta, tales como mal comportamiento o incluso, volver a mojar la cama.
  • Dolores psicosomáticos de estómago, tripa o cabeza en algunos casos.
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Pesadillas nocturnas

Niños entre 6 y 12 años,

  • Puede persistir alguno de los comportamientos anteriores
  • Incremento de la necesidad de saber qué es lo que está ocurriendo con más detalle
  • Apatía frente a sus responsabilidades
  • Falta de higiene y aseo personal
  • Irascibilidad y nerviosismo

Niños mayores de 12,

Sin olvidar cada uno de los indicadores anteriores, adentrándonos en la adolescencia, es posible que el asunto se complique, porque tendríamos que añadir a ese cocktail de hormonas que caracteriza esta etapa, el aislamiento social con el que tienen que convivir. En este caso su único aliado es el acceso a las redes sociales que, si bien no es algo que se tenga que potenciar, en esta situación los padres deben ser más permisivos en el uso de las mismas, ya que será su único acceso al grupo de referencia.

Estrategias de convivencia positivas en un hogar acogedor

Para lidiar con éxito con esta situación, es imprescindible ofrecer un hogar seguro y acogedor y desarrollar estrategias de convivencia positiva, basada en una correcta gestión emocional, tales como:

  • Espacios de juego y rutinas muy concretas, en el caso de los más pequeños esto se convierte en algo más que obligatorio.
  • Explicar honestamente la situación que estamos viviendo, pues es posible que empiecen a hacer preguntas sobre lo que estamos viviendo. Estos son algunos materiales que apoyar nuestras explicaciones
  • Ser ejemplo para nuestros hijos, debemos proporcionarles un modelo de comportamiento saludable y de tranquilidad frente a la situación que estamos viviendo, solo así conseguiremos ese efecto en los niños.
  • Responder a sus preguntas, según su edad y lenguaje, pues así evitaremos que entren en juego los argumentos fantasiosos debido a la falta de información.
  • Buscar con ellos las respuestas a sus preguntas, debemos admitir que no lo sabemos todo.
  • Controlar el acceso a las conversaciones con otros adultos, ya que sería negativo que nos escuchen o perciban nuestros miedos ante la afectación que puedan tener personas allegadas.
  • No alarmarse ni estimular al miedo.  Ser realista, la inmensa mayoría de las personas se están curando.
  • Protegerles de toda la información interpretable que pueda ocasionarles malestar y preocupación, ya que la información en las redes sociales suele ser superficial, incompleta o errónea.
  • Evitar que naveguen solos por internet buscando información no adecuada sobre el Covid-19.
  • Dar seguridad sobre el estado de salud de los adultos de su entorno, informándoles de que saben protegerse y cuidarse.
  • Promover contactos virtuales, con amigos o familiares a los que visitábamos o recibíamos con cierta frecuencia antes de la aparición del COVID-19.

Bibliografía recomendada:

 

Esmeralda Velasco

Psicopedagoga

Departamento Orientación CEM