Tras 30 años de historia, en CEM continuamos apostando por ofrecer a nuestros alumnos la mejor formación con una renovación paulatina de los espacios. En este caso, durante los meses de julio y agosto se ha realizado una reforma en las instalaciones de nuestra escuela infantil siendo el complemento perfecto a nuestro proyecto pedagógico.
Bajo la premisa de que los primeros años de vida son los más importantes para el desarrollo psicológico y social de los niños, unas instalaciones adaptadas a los avances educativos del siglo XXI, son un apoyo adicional al proceso de enseñanza-aprendizaje así como al crecimiento del alumno como persona libre y con un potencial a desarrollar.
Nuestro objetivo con esta reforma es crear un espacio óptimo para el desarrollo del alumno, manteniendo siempre el entorno afectivo, lúdico y familiar que caracteriza a nuestra escuela y que preparan para la vida escolar y enseñan a vivir, convivir y disfrutar.
Como decía William Butler Yeats, “La educación es no llenar un vacío, sino encender una llama”.
Tanto el estudio realizado como el resultado obtenido, son reflejo de nuestra pasión por educar en las emociones, en la creatividad, en la imaginación y en la ilusión.
Este nuevo entorno anima a los niños a explorar, descubrir, aprender y jugar. Los espacios luminosos, transmiten alegría y dan soporte al modelo pedagógico de la escuela con una enseñanza personalizada donde el alumno es el centro del aprendizaje.