El programa Filosofía para Niños es una propuesta pedagógica que propone transformar las aulas en comunidades de indagación basadas en el diálogo.
Proponemos utilizar los recursos on line para impartir un curso de formación inicial presentando los aspectos básicos esenciales para la utilización del diálogo en el aula como herramienta de transformación educativa y de desarrollo cognitivo y afectivo de los alumnos.
Muchas investigaciones ya han mostrado el impacto altamente positivo del uso del diálogo en el aula. Podemos señalar especialmente el impacto positivo en el desarrollo de destrezas cognitivas y afectivas (Colom, Moriyon y otros en 2013) y el estudio en el que se ha constatado el impacto positivo del uso del diálogo en el aula sobre el bienestar (Equipo Colegio Europeo de Madrid, CEM,2021-22).
El uso del diálogo en el aula como desencadenante del proceso de aprendizaje parte del interés del alumno y provoca y estimula la curiosidad. Invitar a los alumnos a justificar sus propias opiniones genera el desarrollo del pensamiento crítico. Un alumno ubicado en un aula en la que se usa el diálogo está constantemente reflexionando sobre sí mismo y sobre las razones en las que apoya sus conclusiones, posee un buen autoconocimiento y utiliza sus capacidades afectivas.
Filosofía para Niños impacta positivamente en el Character Development como muestran los estudios, alguno mencionado anteriormente, puesto que se ofrece a los alumnos un ámbito donde expresarse con libertad, donde ninguna opinión es juzgada más que por la calidad de las razones en las que se apoya. También incide positivamente en el bienestar y la formación emocional como reconocen ellos mismos. Utilizar el diálogo en el aula hace que los alumnos sean agentes de su propio aprendizaje y conecten con la pertinencia y utilidad de los conocimientos que adquieren a la vez que desarrollan su autoconcepto y son conscientes de las emociones que surgen en el aula y como gestionarlas con habilidad.
| Título del módulo | Inicio/Fin | Fecha sesión online de 18:00 a 19:00 |
Módulo 1 | Inicios y planteamiento de Filosofía para Niños | 7 marzo / 14 marzo | 7 marzo |
Módulo 2 | Desarrollar el pensamiento crítico, creativo y moral en el aula | 14 marzo/ 21 marzo |
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Módulo 3 | ¿Qué es una comunidad de indagación? | 21 marzo/ 28 marzo | 28 marzo |
Módulo 4 | Preguntas y buenas preguntas | 28 marzo / 11 abril |
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Módulo 5 | Conocer y utilizar las habilidades del facilitador. | 11 abril / 18 abril | 18 abril |
Módulo 6 | Desarrollar las habilidades de observación e investigación | 18 abril/ 25 abril | 25 abril |
Módulo 7 | Habilidades de conceptualización, razonamiento y traducción | 25 abril / 2 mayo |
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Módulo 8 | Preparar una sesión. | 2 mayo / 9 mayo | 9 mayo |
Módulo 9 | Facilitar una sesión. | 9 mayo / 16 mayo |
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Módulo 10 | Uso de la metacognición para desarrollar el pensamiento. ¿Qué evaluar y cómo? | 16 mayo/ 23 mayo | 23 mayo |
Módulo 11 | Puesta en práctica. | 23 mayo / 30 mayo | 30 mayo |
Para ver el módulo piloto ingrese aquí
(https://www.blendspace.com/lessons/ftTJHpVsOtF-7g/)
PRESENTACIÓN
FILOSOFÍA PARA NIÑOS
Elena Morilla
¡Filosofía para Niños! Afortunadamente ya no es frecuente ver las miradas de perplejidad de las personas que oigan esta expresión. Hace unos cuantos años, cuando comenzó a conocerse este planteamiento pedagógico en España, al parecer suscitaba el asombro y la incredulidad.
Ahora estamos acostumbrados a todo tipo de programas de estimulación temprana, de programas para aprender a pensar, etc. y no obstante la unión de estos dos términos no acaba de sonar armoniosa.
Pero si, aquellos que solemos tratar con niños, reflexionamos un poco, reconoceremos que niños y filósofos comparten algunas características comunes. La primera es lo que los filósofos llamamos ‘búsqueda del sentido’ y los niños llaman ¿Por qué?
Preguntar ¿por qué? es pedir una razón, una justificación que ayude a encontrar el sentido. Cuando un niño pregunta ¿por qué? abre el espacio para una nueva perspectiva. Y es nuestra obligación aprender a aprovechar estas oportunidades.
La segunda es la disposición a aprender cualquier cosa, sin prejuicios, y sin limitaciones. Todo despierta interés y asombro. Todos estaríamos de acuerdo en que esta cualidad está presente en los niños, sobre los filósofos es posible que no haya acuerdo. No obstante, es condición indispensable para hacer filosofía tener la mente abierta y dispuesta a asombrarse por todo.
Filosofía para Niños es pues un planteamiento posible, pero veamos para qué y por qué.
El Programa Filosofía para Niños nace a finales de los años 70 creado por Matthew Lipman, filósofo y profesor, que constató, preocupado, las deficiencias en el ámbito cognitivo con que llegaban los estudiantes a la universidad. Llegó a la conclusión de que el sistema educativo era capaz de transmitir conocimientos, pero era incapaz de desarrollar en los alumnos las destrezas del razonamiento, es decir no se enseñaba a pensar con habilidad.
En los sistemas educativos se da por hecho que pensar bien es una cuestión de ‘madurez’ y nada más lejos de la realidad. Los aprendizajes centrados en los contenidos y no en los procesos descuidan irremediablemente la corrección en la manera de razonar y dejan a los alumnos bastante desprotegidos a la hora de ser agentes de su conocimiento y de su vida en general.
La propuesta de Lipman es clara, es la filosofía occidental la que se ha cuidado de la corrección a la hora de razonar, si utilizamos los procedimientos y los temas de la filosofía en discusiones cuidadosas con nuestros alumnos provocaremos en ellos unos procesos que les llevarán a desarrollar sus capacidades de pensamiento.
Este pensamiento, al que Lipman denomina ‘pensamiento complejo’, tiene tres aspectos: el pensamiento crítico, el creativo y el cuidadoso.
Para conseguir desarrollar estas capacidades Lipman propone servirse de dos elementos, el primero la metacognición, a saber, la reflexión sobre la propia capacidad de conocer. Para mejorar la capacidad de razonamiento de los niños lo mejor que podemos hacer es acostumbrarlos a reflexionar sobre su propio pensamiento. Asunto este que por otra parte les apasiona. ¿Pensamos cuando dormimos? ¿Imaginar es pensar? ¿Puedo imaginar lo que quiera?…
El segundo elemento es la ‘comunidad de investigación’ Para que el hacer filosofía sea un hacer que provoque el desarrollo de las habilidades de pensamiento deberá hacerse convirtiendo el aula en una comunidad de investigación donde los alumnos y el profesor sentados en círculo discuten sobre los temas suscitados por las lecturas propuestas.
Este es el aspecto, que Lipman toma de Peirce, que convierte una propuesta de estimulación de capacidades en un modelo pedagógico revolucionario.
No se trata en absoluto de dar lecciones de filosofía ni en hacer complicados ejercicios, se trata de convertir la clase en una comunidad de investigación cuyo proceder es dialogar cuidadosamente.
La comunidad de investigación se constituye cuando alumnos y profesor se sientan en círculo para verse las caras cuando hablan y para ocupar un lugar semejante.
Todos leen por turno el fragmento del texto que corresponda. Después de la lectura se pide a los alumnos que planteen preguntas de lo que les sorprende o no entienden o no están de acuerdo. Se anotan todas las preguntas junto con el nombre del autor y la línea del texto que las ha suscitado. A continuación, se discuten todas según el orden que se elija.
El profesor, que es el facilitador del diálogo, debe ayudar a abrir nuevas perspectivas, a matizar las posiciones, a desvelar supuestos subyacentes, planteando preguntas e introduciendo ejercicios que ayuden a los alumnos a practicar destrezas.
Para desarrollar su planteamiento Lipman escribe una novela para alumnos de primer curso de secundaria y un manual del profesor que contiene la ayuda imprescindible para llevar a cabo el trabajo del facilitador.
Prosigue desarrollando su programa en las dos direcciones, para alumnos mayores y menores. El resultado es un programa completo que abarca toda la etapa escolar.
Cuando un alumno de 6 años espera su turno de palabra reelaborando su planteamiento con las argumentaciones aportadas por los que han intervenido antes que él, está poniendo en marcha el mecanismo propio del razonamiento.
Si a un alumno se le da la oportunidad desde el comienzo de su etapa educativa de poner en práctica este mecanismo con el máximo rigor y la mayor profundidad, esta habilidad, la habilidad, que es la raíz de la inteligencia global alanzará inevitablemente el mejor nivel posible. Si a esto añadimos que el cultivo en la capacidad y la habilidad del razonamiento no es estimulada hábilmente dentro del sistema educativo tradicional, es de suponer que alumnos a los que se proporcionan los recursos para desarrollarla deben aumentar su capacidad general de razonamiento.
El valor de este planteamiento pedagógico no ser reduce a el desarrollo de las destrezas del pensamiento, sino que es expresión de la necesaria transformación de la enseñanza. Que los alumnos sean agentes de su propio aprendizaje, que aprendan que el conocimiento se construye en comunidad y que el diálogo es el procedimiento por el que se llega a la verdad, que es el que nos convierte en ciudadanos democráticos y que es el que nos proporciona los recursos para componer nuestros códigos morales basados en buenos juicios son los productos de la aplicación del programa Filosofía para Niños.
La propuesta pedagógica no se circunscribe pues a una clase aislada en el currículo, sino que pretende ser un modelo pedagógico completo basado en el desarrollo del pensamiento en el aula.
El impacto de la propuesta pedagógica del programa también se extiende inevitablemente a la práctica pedagógica del resto de las asignaturas. Alumnos entrenados en el diálogo filosófico profundo no lo limitan a la clase de filosofía, sino que exigen su planteamiento en todas las asignaturas, y profesores entrenados en la práctica del programa son capaces de plantear su práctica pedagógica en base al diálogo que conduce al grupo a constituirse en comunidad de investigación.
Por último, el programa produce un impacto en la convivencia. Alumnos que son capaces de constituirse en comunidad de investigación basada en la propia reflexión a partir de las reflexiones de los demás son más proclives a aceptar el diálogo como medio de solución de conflictos. Y profesores que son capaces de conducir un diálogo filosófico sin imponer sus criterios pueden ayudar con más habilidad a los alumnos a solucionar sus conflictos convirtiéndose en mediadores.
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Preguntas; El planteamiento de preguntas es esencial en Filosofía para Niños. Por una parte es indispensable alentar a los alumnos a plantear preguntas sobre cualquier cosa que ocurra a su alrededor pero en este caso especialmente tras la lectura de un texto. Plantear preguntas hace que los alumnos se apropien del texto y que las ideas que este propone traspasen la barrera del almacenamiento rápido a la de la conceptualización.
Tareas
Información e inscripciones Elena.Morilla@cognita.com
Antes del 1 de marzo de 2023
Colegio Europeo de Madrid
Calle Cólquide, 14
28231 Las Rozas de Madrid (Madrid)
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